Alethia Jones es madre, hermana y amiga de quienes la conocen. Después de cumplir 17 años de cadena perpetua más 30 años de condena por un delito de drogas no violento, hacemos un llamado a la Junta de Clemencia Ejecutiva de Florida, dirigida por el gobernador Ron DeSantis, para que apoye el regreso de Alethia a su hijo y nieto que necesitan su hogar aprobando su petición de clemencia.

Nuestra vecina, Alethia, ha languidecido en prisión durante 17 años simplemente por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Fue arrestada y acusada de posesión de crack con la intención de vender o distribuir dentro de los 1000 pies de una iglesia, venta de crack dentro de los 1000 pies de una iglesia y posesión de parafernalia de drogas porque estaba en el automóvil con su hermana mientras un tuvo lugar la transacción. Alethia no estuvo involucrada en la transacción de drogas.

Su hermana recibió cuatro años de prisión en un acuerdo de culpabilidad. Alethia, que se negó a admitir haber actuado mal, fue sentenciada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Su experiencia destaca la inequidad y el racismo arraigados en nuestro sistema de justicia penal, desde sentencias mínimas obligatorias hasta jurados parciales. Su historia representa las realidades dolorosas y demasiado comunes de una sociedad que invierte demasiado en la policía y las prisiones mientras invierte poco en las cosas que hacen que las comunidades sean seguras, saludables y completas, incluida la atención de la salud mental, la vivienda asequible, la capacitación laboral y el tratamiento por abuso de sustancias. . Mientras Alethia luchaba contra la adicción, se encontró repetidamente con esposas, no con tratamiento.

Su caso fue escuchado por un jurado compuesto exclusivamente por blancos porque su abogado no hizo ningún esfuerzo por diversificar el jurado. De hecho, los jueces del condado de Highlands, donde Alethia fue sentenciada, condenan a los negros a más del doble del tiempo que a los blancos por delitos graves de drogas.

Mientras estuvo encarcelada, Alethia se ha centrado en tratar sus adiciones, inscribirse en cursos de GED, abogar por mujeres encarceladas injustamente y embarcarse en su transformación personal.

Para empezar, los cargos y la sentencia de Alethia fueron producto de un sistema racialmente sesgado. Cuando las madres negras languidecen en la cárcel debido al sistema de justicia penal torcido, nuestras comunidades y familias sufren. Después de 17 años, ella merece la oportunidad de ver crecer a su nieto. ¡Apoya la petición de clemencia de Alethia!